“En las desratizaciones, debemos tener especial cuidado con el ratón orejudo, especie protegida por el SAG”
Camina con paso firme y seguro por los largos corredores del Hospital Militar, edifico que conoce
cada rincón y escondite, ya que tiene más de 15 años trabajando en este recinto donde está a
cargo del área de “Salud Pública Veterinaria”. Desde ese puesto estratégico le correspondió liderar
el trabajo frente a la pandemia del COVID 19. Un desafío que supo sortear con la colaboración de
sus 2 subalternos para lograr reforzar las medidas sanitarias entre los más de dos mil profesionales
que allí trabajan a diario.
Inés es hija de chilenos, nació en Buenos Aires, llegó a Chile en cuando era adolescente tras el
fallecimiento de su padre; luego ingresó a estudiar en la Universidad de Chile. “Yo a mis 5 años
quería ser médico veterinario, nunca me vi en otra profesión. Estoy muy contenta y orgullosa de
mi facultad. Cuando ingresé a estudiar esta carrera sólo se dictaba en tres universidades: la U.
de Chile, la U. Austral y la UDEC sede Chillán”.
Inés recuerda que siempre le gustó lo amplio y versátil que se le presentó esta área: “En el segundo año ya descubrí que se
podían hacer otras cosas, más allá de lo clínico y terminé haciendo otras actividades y funciones.
Más de 15 años en el Hospital Militar
El Hospital Militar está ubicado en un predio de 9,9 hectáreas en la comuna de La Reina, cuyo edificio consta de 85.000m2 construidos. “Tenemos de todo, incluso fauna silvestre. Ocasionalmente se filtran plagas de hormigas y palomas, esas son las más habituales. También descubrí que tenemos un roedor endémico llamado “lauchón orejudo”, el cual cuesta defenderlo ya que se confunde con roedores comunes”, señala la veterinaria.
Respecto al cuidado de la fauna local, esta merece una atención especial de parte del equipo: “Yo
trato de educar acerca del control de los murciélagos, porque acá ingresan por las ventanas. El
murciélago hiberna, por ende lo encontramos en primavera, verano y otoño. Acá, el
área silvestre es muy oscura y por las noches en las habitaciones a la gente le da calor y abren las
ventanas, entonces se ven atraídos por la luz y por los insectos. Nosotros, como controladores de plagas, tenemos un plan de vacunación” puntualiza, acotando
luego “somos un equipo reducido a solo dos personas, ellos son enfermeros veterinarios
del ejército, que es una especialización que no sólo abarca el control de plagas también considera aspectos como el monitoreo del cloro en el agua, la potabilidad y otras generalidades en relación a salud pública”.
Esta área de trabajo implica un constante proceso de enseñanza hacia las personas y una actualización de conocimientos: “He logrado insertar nociones básicas de control de plagas, que comprendan el por qué no se debe usar plaguicidas (que es el último recurso). Ya logré insertar este tema en las inducciones, entonces cada persona que se integra al trabajo dentro del hospital se le realiza una inducción”.
Para Inés Pizarro el principal trabajo en Salud Pública es proteger al ser humano de distintos
factores de riesgos de enfermedades, este trabajo está dividido en en tres focos:
1.- Inocuidad alimentaria: según el relato de Inés, se realizan capacitaciones sobre el manejo de los
residuos y plagas urbanas. “Hay empresas externas de alimentación que se requieren supervisar a
parte de la dieta y eso allí hay una Nutricionista. Se hacen inspecciones sanitarias, es decir
cumplimiento de la normativa sanitaria de los alimentos, además de la higiene”. La alimentación
es uno de los programas más importantes “son programas documentados y auditados, entonces
tu allí supervisas a las empresas externas, además tenemos el programa propio en la instalación
completa”
2.- Manejo y control de plagas urbano: “somos representante técnico de la dependencia con
personal del hospital. En esta área desarrollamos los programas típicos con el equipo, que son
desinfecciones y control de plagas” precisa.
3.- Prevención de riesgos. Desde 2009 hay una normativa en relación al manejo de residuos, la
cual obliga a capacitar a todas las áreas clínicas. “Se realiza el manejo interno de estos desechos, la
disposición final está externalizada. Los desechos se clasifican en 4 tipos, todos con diversos
tratamientos que se deben declarar: Domiciliaria, Biológicos, Peligrosos (químicos) y Radioactivos
de baja intensidad”.
El trabajo de la Pandemia
En marzo de 2020 se decretó pandemia ante el avance del COVID 19, situación mundial que
implicó mucho trabajo en el área de salud pública. “Fue estresante y agotador. Optamos
principalmente por reforzar las desinfecciones. Realizamos mucha capacitación a la gente en
técnicas de higiene en concordancia con transmisiones intrahospitalarias y mucha supervisión de
aseos hospitalarios. Todos los hospitales tienen un área de infección intrahospitalaria liderada por
enfermeras e infectólogos, entonces se trabaja en conjunto con ellos también”.
Afortunadamente está área tiene protocolos establecidos respecto a la que son las plagas urbanas.
“Lo que hicimos fue aumentar las frecuencias en los lugares que se necesitaba. Y cuando había
cuadros de transmisión se aumentaban aún más. Se exigió uso de mascarilla en forma permanente
en todas las áreas, tanto administrativas, clínico y también en los pacientes.
Hubo un cambio radical en esa área.” Respecto a la capacitación que esto implicó, señala: “En el área clínica es diferente, allí tienen el conocimiento técnico, por ello es más fácil. En el área administrativa había algunas zonas donde siempre existían contagios”.
El hospital también facilitó camas para abordar la contingencia junto al Minsal:
“Como todos los hospitales fuimos destinados solamente a cuadros respiratorios y de emergencia”
indicando también que al inicio de la pandemia fue muy complejo encontrar insumos como
mascarillas, guantes, overoles y elementos de protección personal”
La formación de especialistas
Esta inquieta mujer, que siempre está buscando nuevos horizontes y quehaceres también ha
explorado en la docencia “Hace 5 años me invitaron a participar del diplomado “Inocuidad
alimentaria y control de plagas” en la Universidad de Chile. Ha sido súper grato, estoy contenta ya
que descubrí mi faceta de docente, me gusta enseñar y lo disfruto. Esa función me implica estudiar
y es entretenido” en su alma mater dicta dos asignaturas: “Normas de la Calidad” y “Plagas
urbanas”.
La danza
De pequeña junto con su deseo de ser veterinaria, Inés también anhelaba ser bailarina.
Deseo que fue postergado por años: “Ya llevo más de 10 años como hobby en la
danza árabe. Tú vas a dar en lo que eres en esencia, tú lo buscas, lo trabajas o te produce
frustración”.
Este nuevo espacio de exploración le ha permitido encontrarse con grandes mujeres, ya que el
trabajo profesional siempre ha implicado un mundo masculinizado desde la universidad “me
acostumbré desde esa época a estar con más hombres y siempre guardando distancia, más formal
más distante… tienes que ir con cara de seguridad y hacia delante”. La danza también le ha
proporcionado otros saberes “Me ayudaron a crear liderazgo al aprender de ellas.” Tras ello
analiza que está rodeada de mujeres muy potentes “El subirte a un escenario seas buena o seas mala, es un desafío que te ayuda a pararte en cualquier lugar, a capacitar gente, allí vas viendo como este tipo de cosas se van mezclando en situaciones”.
Cerrando la conversación, Inés analiza su vida: “estoy contenta con mi vida ya que siento que he
logrado cosas por mí misma. Si miro hacia atrás, claro que ha costado. Pero estoy contenta. Es una
gratificación estar acá. Lo encuentro genial. El fin de nuestras vidas es sentirte feliz. El ser feliz
uno lo logra luchando. La vida da tantas sorpresas, gira tanto que uno no sabe que es lo que viene”.
Marcela Silva
Periodista Díptero.cl