Ya son un gran lío y aparecen sin miedo en todas partes en medio de un calor que sube en la ciudad.
Nueva York, la “ciudad que nunca muere”, se distingue por muchas cosas. Y ahora hay un problema que tiene muy acongojados a sus millones de habitantes: las ratas.
Claro que en cualquier lugar los roedores están presentes, pero en la actualidad la urbe estadounidense ya ni siquiera se esconden mucho y están a la vista de cualquiera.
Las ratas están invadiendo parques infantiles, las calles, los negocios y hasta los senderos del famoso Central Park, donde se confunden con las ardillas.
El enclaustramiento por la pandemia de coronavirus, que mantuvo cerrados los restaurantes, hizo que las ratas no tuvieran acceso a los restos de comida de esos locales. Y ello las hizo emerger con más audacia y ahora no temer mostrarse a plena luz del día en los restaurantes.
Además, el calor que hay actualmente en Nueva York y la reactivación de las construcciones favorecen la proliferación de los roedores.
EE UU es la cuna del consumo y, por tanto, del despilfarro, y los desperdicios ofrecen a las ratas un escenario pintiparado para sus correrías. Si se añaden las altas temperaturas que recalientan las bolsas de basura expuestas durante horas en las aceras, no resulta extraño coincidir a diario en cualquier calle con varias de estas alimañas, la población en la sombra más grande de Nueva York. Su ubicuidad en la ciudad ha llegado a extremos preocupantes para la salud pública: invaden los parques infantiles, los senderos de Central Park, donde cuesta distinguirlas de las ardillas, y, como mostraba hace apenas dos semanas un vídeo que se hizo viral en las redes, los recintos de juegos para perros
Fuentes: Publimetro.com; elpais.com