Investigadores del CSIC identifican mutaciones en los roedores

El 21% de las ratas de Madrid son inmunes a los tratamientos más comunes para controlarlas

El único método de control de las ratas empieza a fallar y puede convertirse en un problema en las ciudades y en el campo. Un estudio del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) ha identificado mutaciones genéticas en poblaciones de ratas de doce comunidades autónomas que les dota de un superpoder: la capacidad de resistir a los raticidas conocidos.

En concreto, se han vuelto inmunes a los rodenticidas anticoagulantes, el veneno más utilizado para controlar la plaga de roedores. Matar a las ratas no es fácil. Si se coloca un producto con capacidad tóxica inmediata, la rata aprende a no comerlo porque ve cómo sus congéneres mueren y lo evitan. Por esta razón se recurre a productos que provocan una muerte ralentizada, a las 24-48 horas de haberlo ingerido y lejos de la fuente tóxica.

Los raticidas anticoagulantes tienen esa siniestra capacidad de producir una muerte programada. Logran que los animales mueran por hemorragia interna horas después de haberlo consumido. Por eso, eran el mejor raticida para mantener a raya las poblaciones de ratas. Hasta ahora.

Los equipos de control de plagas sabían desde hace tiempo que algo había cambiado. No podían controlar como antes las poblaciones de ratas que circulan en las alcantarillas, bajo nuestros pies. Por eso habían trasladado al Ministerio de Transición Ecológica su preocupación. Una inquietud que el Ministerio trasladó al INIA, uno de los centros del CSIC, para conocer la causa.

Un estudio demuestra que las ratas de Manhattan tienen un origen común y que no hay signos claros de introducciones múltiples o de poblaciones migratorias recientes

Resistencias genéticas

El Instituto Investigación y Tecnología Agraria realizó un estudio que ahora se publica en la revista ‘Chemosphere’ donde se documentan nuevas mutaciones en el gen que codifica para la enzima VKORC1. El mecanismo de acción de los raticidas más utilizados inhiben precisamente esta enzima para impedir que se activen los factores de coagulación.

Las ratas se han adaptado y han generado resistencias genéticas a los tratamientos, «por el mal uso de los raticidas», advierte Azucena Bermejo, primera firmante del artículo. «Cualquiera puede comprar este producto en el supermercado y hacer un uso indebido. Hay quien tira los restos a la basura convencional… El empleo de estas sustancias debe ser siempre profesional porque es un tratamiento tóxico», insiste y anima a prohibir su venta en establecimientos comerciales.

El 21% de las ratas de Madrid son resistentes

El estudio del INIA demuestra la existencia de resistencias en poblaciones de rata de alcantarilla y negra en España. En las poblaciones de ratas de alcantarilla se encontró la mutación S149I. Por ejemplo, en Madrid la frecuencia de mutación alcanza el 21% en el alcantarillado. Lo mismo ocurre con las poblaciones de rata negra, que mostraron hasta cuatro mutaciones, con una frecuencia del 32% en la posición S149T, con significación estadística mayor que la rata de alcantarilla.

No se trata de un problema banal. Cualquier aumento de la resistencia en las poblaciones de roedores provocaría problemas de control de plagas que podrían causar graves problemas agrícolas, ganaderos y de salud pública.

Fuente:abc.es

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